Factores que afectan a la piel sensible
Al cubrir todo el cuerpo, la piel es el órgano más extenso. Sin embargo, y al contrario de lo que se podría pensar, es una de las partes más delicadas. Por ese motivo puede dañar la piel un gran número de circunstancias. Por otro lado, tiene diferentes utilidades, ya que mantiene la temperatura del cuerpo, protege del daño de agentes externos y también de los microbios. Dado el papel tan importante que tiene es necesario extremar sus cuidados para que pueda cumplir con él. Por eso, es vital conocer los diferentes factores que afectan a la piel sensible.
¿Qué papel desempeña la piel en el organismo?
Hay que tener en cuenta que la piel tiene una barrera protectora natural que impide que cualquier agente extraño pueda provocar daños, como decíamos al principio. Pero también cumple otras funciones. Por ejemplo, limita la pérdida de agua que se produce a lo largo del día y de esta forma consigue mantener la hidratación de la piel. Además, cuida de su elasticidad y firmeza.
Pero ciertos factores, tanto internos como externos, podrían llegar a provocar que esa barrera no funcione de la manera adecuada. Cuando esto sucede, el aspecto de la piel empeora, volviéndose seca y áspera. Incluso con el paso del tiempo si no se le ofrecen los cuidados necesarios puede inflamarse. También puede que se vuelva sensible.
Hay una serie de pistas que te pueden llevar a sospechar que tu piel es sensible, algunas son estas:
- Eritema
- Hinchazón
- Aspereza
- Descamación
- Tirantez
- Pinchazos
- Picor
- Ardor
Puede volverse sensible la piel de la cara, los labios, el cuero cabelludo, el cuerpo o las manos. Hay que tener en cuenta que la piel sensible no es lo mismo que la piel seca, aunque puedan presentar características similares. Por eso, es importante tratar siempre la piel sensible como tal y no aplicar el tratamiento que se le da a la piel seca.
¿Qué factores afectan a la piel sensible?
Es importante que conozcas los diferentes factores que afectan a la piel sensible. Identificar este tipo de cuestiones te ayudarán a luchar contra ellos:
- Sol. El sol resulta muy perjudicial para la piel a todos los niveles. Pero si se trata de una piel sensible el daño puede ser aún mayor. Por eso, es imprescindible salir siempre a la calle con protección solar.
- Cambios hormonales. Los cambios hormonales afectan a la piel, sobre todo si es sensible. Hay ciertos momentos a lo largo de la vida en los que las hormonas sufren variaciones considerables. Suelen darse en la adolescencia, en los embarazos o en la menopausia.
- Humedad. La piel sensible se ve afectada por la humedad. Por lo tanto, es necesario cuidar al máximo el ambiente en el que te encuentras para que no sufra daños por este motivo.
- Temperaturas. Otro de los factores que afecta a la piel sensible son los cambios súbitos de temperatura. Por eso, hay que trata de minimizar este tipo de cambios para que la piel se vea perjudicada lo mínimo. Hay que tener cuidado tanto con el frío como con el calor.
- Duchas largas. Como has visto en el apartado anterior, los cambios de temperatura son uno de los factores que más afectan a la piel sensible. Ocurre algo similar cuando te duchas durante un tiempo prolongado. Que el agua esté muy caliente también puede perjudicar a la piel, ya que hace que pierda su hidratación natural. Lo mejor son las duchas rápidas y que el agua que utilices esté más bien templada.
- Químicos. Hay ciertos productos que pueden resultar muy agresivos para la piel, sobre todo los que tienen un origen químico. La razón es que consiguen alterar el pH natural de la piel. Además, provocan daños en la estructura a nivel celular y también dañan las capas externas de la piel. Es bueno utilizar siempre productos que sean neutros y que dañen lo mínimo posible la piel sensible.
- Estrés. Aunque a veces se pase por alto, el estrés tiene una influencia muy negativa en la piel sensible.
- Alimentación. Llevar una buena alimentación es clave para que tu piel sensible sufra lo menos posible. Hay que intentar llevar una dieta sana, variada y equilibrada. Es fundamental incluir en tu alimentación diaria mucha fruta y verdura. También eliminar alimentos que sean poco saludables y beber una gran cantidad de agua.
- Malos hábitos. Existen algunos malos hábitos que pueden llegar a afectar a la piel en gran manera. Por ejemplo, el tabaco y el alcohol en exceso. Además, provocan que la piel tenga un peor aspecto.
Es muy importante que controles en todo momento tanto los factores internos como los externos para que puedas cuidar de tu piel sensible de la mejor manera posible. Ahora que ya sabes qué factores afectan a la piel sensible, trata de cuidarla al máximo.
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