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La cara es la parte del cuerpo más visible, es la carta de presentación de una persona hacia las demás.

Se puede averiguar mucho de una persona y de su estilo de vida con solo mirar su cutis. Por ello, no está de más tenerlo en cuenta y llevar a cabo una higiene constante y adecuada. Más allá de las razones estéticas, existen muchos beneficios para la salud (especialmente los referidos a la piel: reducción del acné, menos irritaciones…) en aquellas personas que realizan una limpieza de cara diaria.

¿Cuándo se ha de realizar la limpieza facial?

Esta limpieza del rostro ha de hacerse mañana y noche, y se puede introducir fácilmente en la rutina de antes de irse a la cama y en la de prepararse por la mañana. Además, es importante no olvidarse de hidratar la cara después de lavarla, ya que tras la limpieza facial la piel queda vulnerable ante la sequedad dando resultado en una piel seca. Sin embargo, no conviene abusar con los tratamientos más intensos: solo se debe utilizar un exfoliante una o dos veces a la semana, ya que hacerlo en más ocasiones puede generar el efecto contrario y desregular el ritmo normal de las glándulas sebáceas.

¿Por qué es importante la limpieza facial?

A lo largo del día, cualquier persona es vulnerable a la polución que flota en el ambiente, a los virus y bacterias que se transmiten por el aire o por el contacto directo, e incluso a un exceso de producción de grasa del propio cutis (conocido como sebo). Por ello se recomienda la limpieza de cara dos veces al día para así contribuir a una mejor salud cutánea. Además, favorece la reducción del tamaño de los poros, la eliminación de células muertas y ayuda a controlar el acné.

¿Y qué ocurre con los distintos tipos de piel?

Como todo el mundo sabe, hay distintos tipos de piel dependiendo de la persona: piel mixta, piel sensible, piel seca, piel grasa… y no son excluyentes entre sí. Es muy común tener la piel mixta y por ejemplo sufrir de sequedad en la zona de los pómulos, pero tener brillos en la “zona T”. Cada tipo de piel requiere de un tratamiento más específico.
Para las personas que tienen la piel sensible lo mejor es utilizar productos de higiene que no utilicen parabenos ni otros productos químicos que puedan irritar el cutis. Un gel limpiador suave es el mejor amigo de aquellas personas que sufren de enrojecimiento y sensibilidad en la piel. Además, usar distintas toallas para secarse la cara y el cuerpo al salir de la ducha ayuda a prevenir la transmisión de bacterias. También hay que recordar lavar la funda de la almohada regularmente, ya que suelen quedarse residuos de suciedad.

¿Cuáles son los mejores productos para una limpieza facial profunda?

Los dermatólogos recomiendan que, a la hora de comprar un producto, se compruebe que el PH sea similar al de la piel (para que no sea dañino y se ajuste al nivel de la piel), que la mayoría de los componentes sean naturales (que no se trate de una lista interminable de nombres químicos que la mayoría de la gente no sabe descifrar) y que se trate de una marca recomendada por especialistas del sector, como es el caso de IDP International Dermatologic Product. Siguiendo estas instrucciones es difícil no encontrarse con un producto efectivo y que deje la piel radiante.

Hay personas que piensan que no hace falta adquirir un gel específico, que con usar jabón normal es suficiente. Este no es el caso, se desaconseja utilizar el jabón normal de barra para la limpieza del rostro porque no está pensado para utilizarse con la piel de la cara, que es más sensible.
Es preferible utilizar jabones y geles específicamente configurados para el cuidado de la cara, que previenen mucho mejor las rojeces. Los jabones naturales son productos especialmente indicados para la higiene facial, y se recomiendan aquellos que tengan entre sus elementos el aloe vera (conocido por sus propiedades curativas y rejuvenecedoras), ingredientes naturales como por ejemplo el pepino (con propiedades antiinflamatorias y calmantes) y otros tipos de aceites esenciales provenientes de flores y otras plantas, como el jazmín.

Rutina y pasos para realizar la limpieza facial

Aunque para realizar una limpieza del rostro solo hace falta seguir el esquema limpieza, exfoliación, tonificación e hidratación, a continuación, aparecen unos pasos más detallados para aquella persona que tenga dudas o simplemente quiera echarle un vistazo al proceso completo:

  • Primero se debe mojar la cara y el cuello con agua templada. Después, utilizar un jabón natural u otro tipo de limpiador suave y extenderlo por toda la cara. A veces se recomienda dejar actuar al producto durante varios minutos, normalmente aparece en las instrucciones.
  • Segundo, lavarse la cara con agua para retirar los restos del producto. Se puede aplicar una segunda vez o utilizar una mascarilla exfoliante (como aparece arriba, se debe usar solo 1-2 veces por semana). Más tarde, aclarar.
  • Tercero se debe secar la cara con cuidado: hay que dar pequeños toques con la toalla, ya que secarse con ella arrastrándola y aplicando demasiada presión puede crear pequeñas abrasiones. Después, aplicar tónico con la ayuda de un algodón y dejar reposar unos instantes hasta que esté completamente absorbido.
  • Por cuarto y último lugar, es importante no olvidarse de hidratar la cara. Al existir cremas específicas para el contorno de los ojos u otras áreas delicadas se presentan como el complemento perfecto a la crema hidratante general. Se debe aplicar de lo más específico a lo más general.

Otras recomendaciones

Pero el proceso de cuidado de la piel y limpieza facial con pasos no termina aquí. Aparte de la limpieza facial con pasos, también hay que prestarle atención a la piel antes y después de la depilación. El uso de un mousse de afeitado previamente en la zona que se va a depilar, previene rojeces y picores, y asimismo retrasa la aparición del vello.
Realizar una limpieza facial profunda es la garantía de que la piel permanezca lisa, joven y radiante durante mucho más tiempo. También se consigue proteger al rostro de agentes dañinos, que provienen de la polución, de las bacterias del ambiente e incluso de la propia producción de grasa de la piel. Con solo seguir la rutina de pasos antes mencionada, y con el uso de productos de higiene facial recomendados por especialistas y compuestos por ingredientes específicos a cada tipo de piel, cualquier persona puede conseguir llevar a cabo un mantenimiento óptimo del cutis en poco tiempo.